El sistema de vigilancia y detección de incendios forestales de la Comunidad contará con un nuevo aliado destinado a facilitar la localización de un fuego basado en la instalación de cámaras, cuya importancia será crucial sobre todo fuera del periodo estival pues, más allá de los meses de alto riesgo, apenas hay medios activados e, incluso en campaña, resultan en ocasiones insuficientes. Así que la disposición de una red, con captación de imágenes en tiempo real y en funcionamiento las 24 horas, será un valioso apoyo para prevención de riesgos climáticos.
En total la Junta de Castilla y León va a colocar en los próximos meses un total de 49 dispositivos de videovigilancia (además de varios enlaces de telecomunicaciones) en las provincias de Ávila, Salamanca y Zamora, gracias a una inversión cifrada en 2,4 millones de euros, en la que se incluye también el desarrollo de un software para su gestión. Ese medio centenar de aparatos servirá para complementar las que ya funcionan en Soria –se pusieron entre 2006 y 2016–, las de la comarca zamorana de Sanabria –entre 2010 y 2013–, y en León –entre 2018 y 2020–.
Así que las nuevas cámaras, financiadas con fondos europeos, ampliarán el entramado existente y serán un apoyo a los puestos de vigilancia fijos, a los agentes medioambientales y a los medios propios de extinción. Sobre todo teniendo en cuenta que «en los meses no estivales los medios de detección disminuyen de una manera importante», según reconoce la propia Junta en la justificación de la compra.
Tanto es así, que admite que en los periodos fuera de la época de peligro alto, la detección de los incendios «se produce de una manera fortuita» y se sustenta, sobre todo, en los avisos de agentes medioambientales, la Guardia Civil o habitantes de la zona. De ahí la relevancia del sistema de videovigilancia en tiempo real durante todo el año, también para «discriminar las alertas de incendio de otras que no lo son».
«El sistema de cámaras juega un papel muy importante, ya que van a ofrecer al Centro Provincial de Mando la visualización y la localización en tiempo real de estas alertas, diferenciando las falsas de las verdaderas» y facilitando al responsable del operativo una «primera evaluación del peligro del foco», a través de esas imágenes captadas por los dispositivos, situados en puntos estratégicos, tal y como destaca Patrimonio Natural en su memoria.
A fin de que los dispositivos ofrezcan una visión lo más amplia posible, tratando de que las panorámicas sean de 360 grados –puesto que se pueden girar en remoto–, su instalación se llevará a cabo aprovechando estructuras en altitud, si bien en algún caso habrá que construirlas. Lo más habitual, en todo caso, es que se coloquen en torres de telefonía (con autorización de las empresas propietarias) y en las torres de vigilancia que componen la red contra incendios, y que únicamente disponen de personal en los meses de peligro alto de incendios.
Teniendo en cuenta el número de aparatos asignados en cada una de las tres provincias, Salamanca es la más beneficiada, pues la Junta ha previsto un total de 21 (más dos adicionales que la empresa adjudicataria ha incluido como mejora). Se colocarán en los municipios de Villar de Peralonso, Carrascal de Barregas, Cespedosa de Tormes, Valdemierque, Peñausende, El Payo, Ahigal de los Aceiteros, Espeja, La Fregeneda, Ciudad Rodrigo, Cerezal de Peñahorcada, Villarino de los Aires, Herguijuela de la Sierra, La Alberca, Serradilla del Arroyo, Agallas, Villasrubias, Lagunilla, Garcibuey, Navarredonda de la Rinconada y Candelario.
En total el contrato en la provincia de Salamanca se ha adjudicado por 925.759 euros (impuestos incluidos) a la empresa Telecomunicaciones Merino. La misma que se encargará de instalar las veinte cámaras previstas en la provincia de Ávila (con otras dos adicionales también en este caso), por 976.854 euros.
Según el estudio de localizaciones realizado por la Junta de Castilla y León, en la provincia abulenese los dispositivos estarán ubicados en las localidades de Nava de Arévalo, Santa María de Berrocal, Villatoro, Narillos de Rebollar, Navatejaras, Santiago del Tormes, Navarredonda de Gredos, Navarrevisca, El Barraco, Cebreros, Las Navas del Marqués, dos en Candeleda, Guisando, Mombeltrán, Lanzahita, Mijares, Pedro Bernardo, Sotillo de la Adrada y Casillas.
En los ejemplos de Salamanca y Ávila la Junta calcula que las cámaras estén colocadas, como máximo, al finalizar el mes de junio, por lo que se desprende que sí podrían estar en funcionamientos para la campaña de incendios de este año, si bien faltaría el software de gestión, para cuyo desarrollo hay margen hasta noviembre.
En Zamora, por su parte, los plazos también van más allá del verano, pues su contrato está todavía en tramitación, con un desembolso estimado en 399.155 euros, a la espera de saber si hay alguna rebaja cuando se cierre el proceso. Hasta octubre no se contempla que estén puestas.
En el caso del territorio zamorano, aquí sí había cámaras de vigilancia ya instaladas, que se colocaron hace más de una década en la comarca de Sanabria, en concreto en Asturianos, Manzanal de Arriba, Villanueva de la Sierra, Requejo, Porto, Lubián, Framontanos de la Sierra, Ungilde, Trefacio, Muelas de los Caballeros y San Juan de la Cuesta.
A estas once que ya están operativas se añadirán otras ocho en los términos municipales de Hermisende, Santa María de la Vega, Carbajales, Villardeciervos, Alcañices, Villardiegua, Bermillo de Sayago y Madridanos. Así que habrá 19 en total en Zamora, que el verano pasado sufrió el mayor incendio forestal de la historia de la Comunidad y uno de los peores de los registrados en España, con más de 30.000 hectáreas calcinadas.
Para reforzar la red de prevención de riesgos ambientales de la Comunidad se lleva a cabo este suministro de cámaras, a fin de comprobar en tiempo real las áreas videovigiladas, seleccionadas en función de su «alta vulnerabilidad», como ocurre con el Parque Natural de los Arribes del Duero, según cita Patrimonio Natural en la memoria elaborada para justificar la adquisición de los dispositivos y el desarrollo del software gracias fondos europeos.
En el caso del programa para la gestión de los dispositivos que se instalen, el desembolso se concreta en 123.420 euros y de desarrollarlo se encargará la empresa Vexiza, con un plazo de ejecución hasta el 30 de noviembre de este mes.
A tenor de los plazos, los nuevos ‘circuitos’ de Salamanca, Ávila y Zamora no comenzarán a estar plenamente operativos hasta finales de este año. Una vez implantados, no sólo servirán para detectar el origen de un fuego, sino también para realizar un seguimiento de la evolución de los mismos, con un radio como mínimo de 8 kilómetros de distancia y un máximo de 25, dependiendo de las condiciones ambientales.
Los objetivos también pasan por disminuir los tiempos de respuesta de los medios de extinción gracias a esa «pronta localización» de los focos durante todo el año, lo que permitirá «adelantase varios minutos» y también «adaptar» la respuesta «a las características de intensidad del incendio y los bienes amenazados».
El hecho de tener datos en tiempo en real facilita que los responsables de un operativo puedan tomar decisiones más rápidas, añaden, sin tener que esperar a que llegue al terreno algún miembro del equipo para informar de la situación.
Sin olvidar que «la sola presencia de este sistema en las áreas forestales genera un efecto disuasorio en un determinado número de personas, logrando que modifican sus conductas y que sean más prudentes en el uso del fuego o en el desarrollo de actividades que lo puedan generar, consiguiendo de este modo reducir en un porcentaje de importancia el número de incendios». Por eso, se señalarán con carteles los lugares en los que haya cámaras instaladas, y se aprovechará para explicar los peligros de un incendio o para concienciar en la conservación del patrimonio natural.
Este proyecto también contempla que las se instalen placas solares para ‘alimentar’ a las cámaras siempre que sea posible.
Diario de Castilla y León